(30/01/13)
A partir del año 1973 hay documentos que
demuestran la preocupación del Municipio en mejorar el aspecto estético de la
localidad, para dar una imagen de orden, aseo y buen mantenimiento de las
propiedades; para lo cual se enuncian pautas mínimas que los vecinos debían
cumplir para contribuir en el mejoramiento del pueblo. En esa época ya se
consideraba al Turismo como la principal industria de Villa La
Angostura.
También se implementó el uso oficial de un sello que se
utilizaba como membrete en las notas y sobres emitidos, con la leyenda “El
aspecto de su casa, es su aporte al Turismo", la idea era concientizar a la
población a través del mencionado eslogan.
Nace la Fiesta de los Jardines
La
idea surge de la mano de la señora Margarita Moure, ex intendenta de nuestra
localidad, en el período que se extiende desde, 05/01/87 hasta el 10/12/91 y la
señorita Arlette Neyens. Pero dos notables mujeres supieron darle el
verdadero impulso a este acontecimiento; Elizabeth Zawgg de Bolliger y Enriqueta
Cueto de Quintana (Beba), alentaron el espíritu de la fiesta, con el firme
objetivo de mejorar el maravilloso paisaje con el que ya contamos. Ambas
pensaron que a través del esfuerzo, el trabajo y la voluntad, el sueño que
compartían era posible.
La propuesta de
Elizabeth Zawgg
“Una casita por humilde que sea , bien
arreglada, con su huerta y un jardín florido, cambiará la mirada del turista que
nos visita”. Éstas fueron las palabras que pronunciara Elizabeth, que fueron
acompañadas de acciones concretas, trabajó con vigor y constancia, invitando a
la comunidad a sumarse a esta propuesta.
"De que forma podemos lograrlo?,
embelleciendo al máximo el frente y el entorno que da a la calle, incluyendo
prolijidad, limpieza, buen gusto, detalles. Muchas cordialidad al turista, de él
depende nuestro bienestar. Desde ya agradecida por su apoyo. Sólo soy una
habitante más de este lugar, pero deseo lo mejor para todos", escribía Elizabeth
Zawgg.
Aquella primera Fiesta de los
Jardines
Los festejos tuvieron inicio el año 1991; pero
se oficializan en el año 1993 organizando como elemento motivador de la fiesta,
el colorido Concurso de Jardines. Esta iniciativa reunió a mujeres como
Elizabeth Bolliger, Enriqueta Cueto de Quintana, María Petti Oxenford, Beatriz
Rodríguez, Liliana Detry y otros colaboradores, que cumplieron la ardua tarea de
recorrer los barrios, trabajo que demanda aproximadamente tres meses y comienza
a realizarse fines de noviembre generalmente; y pasaron a conformar la Comisión
evaluadora de los Jardines, de las residencias, comercios e instituciones de
nuestra localidad.
Este suceso local, convoca a personas entendidas en el
manejo de los jardines, que posean sentido de la estética, criterios de diseño,
conservación y conocimientos de la flora y materiales autóctonos locales. Por
otra parte se conforma el Panel del Jurado que dará a conocer a los ganadores de
el mejor jardín de acuerdo a las categorías: residencias familiares por barrio;
Comercial e Institucional, y las Carrozas.
La tradicional celebración ha
cobrado una importante repercusión popular, ya que toda la comunidad espera
ansiosamente el evento y participa de un nutrido despliegue de actividades
culturales. El epicentro del espectáculo transcurre en la Plaza de los Pioneros,
en torno al escenario mayor montado en este espacio público, el cual todos los
años nos sorprende con decoraciones diferentes y a lo largo de cuatro intensas
jornadas de festejos.
La Programación comienza un día jueves y culmina el
día domingo. Desde el año 2000, la fiesta extendió su duración de tres a cuatro
días. El esquema protocolar en sus distintas ediciones es superado año a año en
creatividad, diseños, ornamentación y la calidad de las propuestas.
Elizabeth Zawgg de Bolliger
Se
convirtió en una leyenda , ya que fue una entusiasta y precursora de la Fiesta
de los Jardines. Delgada, de ojos claros y pelo canoso, sus rasgos dan
muestra de años vividos, esta mujer nacida en Suiza llegó a la Argentina hace
muchos años desembarcó en Misiones, luego vivió algunos años en el Alto Valle,
residió en Villa La Angostura desde el año 1989 hasta el año 2002. En la
actualidad reside en San Carlos de Bariloche.
Enriqueta "Beba" Cueto de
Quintana
Nació el 17 de Febrero de 1918 en Ramos Mejía,
Pcia. de Bs. As; tuvo 5 hermanos, tres varones y dos mujeres. A los 18 años se
traslada a París, vuelve a la Argentina y se casa a los 22 años con Bruno
Quintana, su matrimonio duró 64 años, de esa unión nacieron dos hijos, Mónica y
Bruno que le dieron seis nietos. Llegaron a Villa La Angostura en el año ’72
y construyeron su casa en el Barrio Las Piedritas, tenían un vecino llamado
Martínez y su esposa Tita, quienes vivían en una casa precaria; con ellos
compartieron la línea de agua que instaló la Familia Quintana en su
lote.
Según cuenta su hija Mónica; Beba era una mujer que había recibido
una formación europea, dominaba cinco idiomas, tocaba el piano y cantaba; había
formado parte de un coro. Su carácter alegre y el cálido trato con la gente fue
una constante en su forma de vida; sus buenos sentimientos , encausaron su buen
accionar a una entrega permanente con fines solidarios y comunitarios. Su hogar
fue un imán para muchos jóvenes y amigos que la visitaban a
diario.
Sentía una gran admiración por el trabajo de los docentes rurales
a los que acompañó en su tarea; su labor en la Provincia de Neuquén la extendió
a los pueblitos mas alejados. Sentía pasión por los niños, se preocupó por la
enseñanza y las necesidades que pudieran padecer. Estableció contacto con
editoriales e instituciones que le brindaban aportes beneficiosos consistentes
en materiales para luego hacerlos llegar a estas humildes escuelas que estaban
desprovistas de todo; ropa, calzado, útiles; la mayor cantidad de cosas que
podía reunir eran enviadas a estos establecimientos.
Formó parte de la
Asociación de Lucha contra el Hambre; a través de un programa que brindaba esta
institución, estableció nexo con la Asociación de Escuelas Rurales Argentinas, y
tuvo la oportunidad de conseguir semillas y herramientas para destinarlas a
estas instituciones, con el fin de hacer huertas. Esta acción le valió como
reconocimiento, por la cual se la nominó la mujer del año por la labor y
compromiso que desempeñó con amor y dedicación.
42 Hace mas de cuarenta
años que Beba y Bruno formaban parte de la familia veraniega de Villa La
angostura. Interesados en el quehacer cultural y social de la localidad, se
transformaron en activos colaboradores de las ciencias del espíritu.
Su
temperamento rebosante de alegría y dinamismo incansable la llevó a dedicarse a
otras tareas que volcó en la comunidad, Mónica, nos cuenta que vivían en Buenos
Aires, en la Capital Federal, y que llegaban a la Villa en el mes de octubre
aproximadamente, donde solían pasar las fiestas y los veranos; los curas Oreste
y Ángelo le pedían que preparara los villancicos para cantar en la iglesia
durante la Noche Buena.
Fue una ferviente impulsora de la Fiesta de los
Jardines, recorría los barrios, junto a otras mujeres, tenía un contacto
personal con los propietarios, intercambiando consejos, sugerencias y
transmitiendo experiencias personales. Su flor y fragancia preferidas eran la
rosa. Actualmente su jardín está rodeado de gran cantidad de rosales que hoy
cuida Mónica, quien recibió este gran legado de su madre: la sensibilidad y el
amor que sentía por las flores.
La fortaleza de su espíritu la mantuvo
activa hasta último momento; pero aún la debilidad física no le impidió escribir
la última carta a una maestra rural, en la que se disculpaba por el cansancio
que sentía últimamente, que no le permitía hacer muchas cosas que tenía
pendientes. Mas tarde esta carta llegaría a destino enviada por su hija, porque
ella ya no estaría entre nosotros.
Marcela
Varangot Museóloga |